miércoles, 14 de marzo de 2012

LIBERTAD, AUTONOMÍA, RESPONSABILIDAD

Sólo el ser libre es responsable. Sólo quien decide autónomamente prefiriendo una entre dos o más posibilidades está en condiciones de responder de lo que hace. La responsabilidad, la autonomía y la libertad son lo mismo.

Pero lo que en teoría se dice fácil, en la práctica es mucho más confuso. Decimos que somos libres, autónomos, responsables, pero ¿entendemos realmente qué significa cada uno de estos atributos del sujeto ético?

La responsabilidad tiene que ver con la libertad o autonomía del individuo, así como con su capacidad de comprometerse consigo mismo, y sobre todo, con otros, hasta el punto de responder de sus acciones. Esa relación de compromiso, de expectativas o exigencias hace que la responsabilidad sea una actitud esencialmente dialógica. Finalmente, sólo son autónomos aquellos seres que son capaces de valerse por sí mismos a ciertos efectos, que pueden tomar decisiones, que ostentan un cierto poder y, en consecuencia, algún tipo de autoridad. Así pues, ningún ser humano mayor de edad puede esquivar la misión de tener que responder de algo frente a alguien, porque, ineludiblemente ha de encontrarse en situaciones de poder, de tomar decisiones, que le exigen satisfacer unas demandas (…).

Esto es así porque uno vive entre otros semejantes y es interpelado por ellos de continuo y a cualquier propósito. La autonomía nunca es absoluta, no excluye conexiones o ligazones: nadie es totalmente autosuficiente ni actúa sólo para sí mismo.


Victoria Camps, Virtudes públicas.